Escenario donde ocurrió el deceso.

	Por: David Vilcapuma Gutiérrez  Licenciado en Educación Difusor de la literatura oral de la serranía chinchana.

En el fundo denominado Villa Rica, al final de una tarde parda y fría de invierno, dónde la casa era de adobe y techo de calaminas, rodeada de cerros y abismos;  bellos prados de pastizales, donde vivían una pareja de esposos, quiénes tenían una pequeña hija de apenas dos años de edad.

Los padres vivían en constantes discusiones y diferencias por la carencia de experiencia, la falta de confianza entre ellos, y la mala convivencia, no habiendo comprensión ni comunicación adecuada.

Cuando salían al campo a realizar sus actividades diarias, ambos se iban dejando sola a su pequeña hija en la casa. Un día habían tenido un altercado, como sucedía algunas veces, logrando reconciliarse rápidamente, por esta vez.

La niña lloraba caminando de un lugar a otro, con su biberón en la mano, subiendo hacia la piedra grande que estaba a unos metros hacia arriba, allí se sentaba, muchas veces allí se quedaba dormida, era su lugar favorito, desde donde veía apenas pasar los días.

Sobre esa piedra jugaba sola, parecería que hablaba con alguien, más en su soledad, se imaginaba que la piedra era su compañía.

Desde ese lugar divisaba el camino que cruzaba por el río, dónde aparecía sus padres, cuándo retornaban al atardecer.

En ese mismo lugar había una poza de regular tamaño, construida de piedra y barro, donde juntaban el agua para su diario consumo.

La posa siempre estaba llena de agua y permanecía cerrada, pero ese día por circunstancias del destino, alguien lo había dejado abierta.

La curiosidad de la niña, la había llevado a acercarse hacia el poso y al ver su reflejo en el agua, le llamaba la atención, intentando tocar su sombra, soltando su biberón, que terminó cayéndose a la posa de agua.

La niña inocente en su ansía de sacar su biberón, trató de sumergir su manita resbalándose y cayendo al agua.

Horas más tarde, cuando llegaba su padre, todo estaba espantoso, era raro para él, sentir un silencio sepultural, sorprendido fue a ver a su hija, no encontró por ningún lado, entonces corrió por todos los rincones de la casa y nada.

La angustia aumentaba cada instante que pasaba, y sobresaltado seguía buscando por todos lados, llegando hasta la poza y al ver que estaba abierta, se asomó a ella, encontrándose con una escena escalofriante y horrorosa, la niña flotaba sobre el agua.

En ese momento llegaba la madre quien sorprendida preguntaba. ¿Qué es lo que está pasando aquí? desesperada, corrió hacia la posa y al ver a su hija sin vida se desmayó. Un gran silencio.

Ambos esposos no dejaban de culparse de la tragedia dolorosa y fatal. Después de calmarse, ambos decidieron ir donde el Juez de paz, para hacerle conocer este echo trágico.

El Juez se hizo presente en el mismo lugar de los hechos, constatando y ordenando el recojo del cadáver para su velatorio y cristiana sepultura.

Chincha, enero de 2023