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Breve historia de la uva en el Perú y por ende del pisco

Todo inicia con la Real Ordenanza de 1522: “Todos los barcos que salgan hacia el Nuevo Mundo deberán llevar sepas”; es así que de España llegan las uvas a América.

Las crónicas tempranas de la conquista son testimonios del origen de la vid en Perú. Pedro Cieza de León apuntó haber visto parras en Perú en 1547, cuando avanzaba desde el norte hacia Lima en la expedición de Pedro de La Gasca.
Las crónicas tempranas de la conquista son testimonios del origen de la vid en Perú. Pedro Cieza de León apuntó haber visto parras en Perú en 1547, cuando avanzaba desde el norte hacia Lima en la expedición de Pedro de La Gasca.

 

Llegan las uvas

 

PUBLICADO EL 24-01-2023 | Todo inicia con la Real Ordenanza de 1522: “Todos los barcos que salgan hacia el Nuevo Mundo deberán llevar sepas”; es así que de España llegan las uvas a América. Las crónicas tempranas de la conquista son testimonios del origen de la vid en Perú. Pedro Cieza de León apuntó haber visto parras en Perú en 1547, cuando avanzaba desde el norte hacia Lima en la expedición de Pedro de La Gasca.

 

 

A fines del siglo XVI, Garcilaso de la Vega, en sus Comentarios Reales, cuenta que el toledano Caravantes, ante la escasez de vino, envió a una persona a España para traer cepas; y el jesuita Bernabé Cobo, indicó que Lima fue el primer lugar donde se plantaron parras; atribuyó la introducción de uvas a Hernando de Montenegro, quien plantó la vid y obtuvo uvas en 1551.

 

Se produce vino

 

En el mismo siglo XVI se iniciaría la producción de vino. El padre Cobo hace referencia a la producción de vino blanco en Nasca. Dice al respecto: “En los valles de la Nazca han dado de pocos años acá en pisar la uva metida en costales o sacas de melinge, y sale el vino mucho más puro y claro y blanco de manera que tiene cuatro reales más de valor cada botija”.

 

 

 

 

Y, el naturalista Joseph de Acosta, quien llegó a Perú en 1572 y permaneció 14 años, da cuenta de la temprana producción de vino en Perú en su obra Historia natural y moral de las indias, publicada en España en 1590. De acuerdo a Acosta, el vino de Perú era “mucho y bueno”; indicando que la calidad respondía a la geografía y naturaleza de la costa y al uso de técnicas prehispánicas para un cultivo adecuado.

 

Nace un aguardiente llamado Pisco

 

Pisco es un puerto en la costa central del Perú (250 km al sur de Lima) desde donde se embarcaba el aguardiente producido en los valles de Ica, Pisco y Chincha, y era llamado por ello “Aguardiente de Pisco”. Es aquí donde se origina el nombre de nuestro destilado.

 

Pisco, como pueblo y puerto, está registrado en la cartografía desde el primer mapa de la costa sudamericana, de Diego Méndez, y data de 1574. Su nombre quechua lo dio Pachacutec cuando al llegar a estos parajes encuentra aves a las que llama “Piscu”, ave en quechua. Pisco entonces, como topónimo, viene desde la conquista Inca de la costa hacia 1450.

 

 

La noticia más antigua del aguardiente de Ica y Pisco está en el testamento de Pedro Manuel, “El Griego”, fechado en Ica el 31 de abril de 1613, el cual fue descubierto por el historiador Lorenzo Huertas. Aquí se lee que Pedro Manuel tenía: “treinta tinajas de burney y llenas de aguardiente que ternán ciento y sesenta botijuelas de aguardiente, más un varrill lleno de aguardiente que terná treinta votixuelas de dicha agua ardiente”.

 

Otros documentos sobre al aguardiente de Perú en el primer tercio del siglo XVII son los apuntes de Pedro de León Portocarrero, ‘El judío portugués’, descubiertos y publicados por el historiador argentino Boleslao Lewin. En estos afirmaba: “fazen mucho aguardiente en el Perú y muy bueno".

 

Bernabé Cobo, en su Historia del nuevo mundo, también señala que cuando vivía en Pisco hacia 1625, el aguardiente era uno de los productos que se aprovechaba de la vid.

 

El Pisco conquista a los viajeros

 

El nombre “Pisco” para el aguardiente de la región de Ica y su puerto quedó registrado por varios viajeros. William B. Stevenson en 1814, respecto a su paso por el puerto de Pisco, señaló: “El aguardiente generalmente llamado Pisco, pues debe su nombre al lugar donde es hecho, es de buen sabor y sin color”.

 

El francés Julian Mellet pasó por Perú en 1815 y dejó en su Voyages dans i’ntérieur de la Amerique meridionale, impresiones de la importancia comercial del puerto de Pisco; y sostuvo que el aguardiente era bueno y más fuerte que el cognac en Francia.

 

El clérigo británico Hugh Salvin visitó el puerto de Pisco en 1825, anotando en su diario: “Este distrito es conocido por la fabricación de un licor fuerte que lleva el nombre de la ciudad”.

 

El Pisco en la República

 

En esta época continúa creciendo la fama del Pisco. Visitantes dan cuenta de la bebida y su lugar de origen. Enrique (Heinrich) Witt, comerciante alemán que llegó en 1824, relata en su diario su paso por el valle de Quilca (Arequipa), donde dice tomó “vino, Pisco y chicha”, y tras su visita al pueblo de Pisco, escribió: “Pisco es el puerto de Ica, del que se encuentra a 14 leguas de distancia, y desde aquí se exporta todo el brandy o aguardiente del país que se produce y destila en ese lugar. De ahí proviene el nombre de Pisco, palabra con la que se conoce el brandy en todo el Perú”.

 

 

El marino sueco Carl Johan Skogman visitó Perú con la Fragata “Eugenie” entre 1851 y 1853, y sobre su paso por el puerto de Pisco, señaló: “Allí se fabrica en gran escala un aguardiente que tiene mucha aceptación en toda la costa occidental y que se llama simplemente Pisco”.

 

Respecto a la producción de Pisco, destaca en este periodo el trabajo de un peruano en el desarrollo de la agricultura de la vid y su industrialización; se trata del hacendado y comerciante Domingo Elías. Sus logros causaron admiración en viajeros que llegaron a Pisco en ese tiempo, entre ellos el inglés Clemens Markham, quien en 1853 visitó las bodegas de Elías en Pisco, y tras probar aguardientes anotó: “El mejor Italia es hecho de una uva blanca grande y es delicioso”.

 

En la actualidad

 

Si bien a fines del siglo XIX y parte del sigo XX hubo factores que debilitaron la industria vitivinícola; ésta se levantó y hoy Perú tiene empresas que producen Pisco con las más modernas tecnologías y equipos, de la mano con el trabajo de especialistas de alto nivel en producción y comercialización. Asimismo, el país sudamericano tiene bodegas pequeñas y artesanales que son reconocidas por la calidad de su Pisco.

 

 

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