En OPINIÓN LIBRE |

Fundo La Calera, el enclave extraterritorial de 'Tallo' Masías donde no entra cualquiera

Como todo le pertenece, destruyó los restos arqueológicos de Portachuelo en complicidad abierta con el Ministerio de Cultura.

Control militarizado en el puente de Portachuelo, con torre de Control, herméticamente controlado.

 

 

Por: Eucadio Gutiérrez Solano - Profesor/Periodista

 
 
Había un pintoreso pueblo al lado de los límites de su propiedad, y lo hizo desaparecer. Una carretera pública atravesaba su propiedad y lo destruyó completamente esa porción, ahora se expropia unos restos arqueológicos. Ni hablar de los inmensos lotes del desierto.
 
Hace más de 20 años que venimos denunciando que el “emperador” Tallo Masía estaba destruyendo y apoderándose de los restos arqueológicos de Portachuelo, La Calera y Conta. Tras apoderarse de la Carretera Chincha-pueblos del norte de Castrovirreyna, y hacer desaparecer el pueblo de La Calera. Ha tenido el desparpajo de ir contra la cultura de Alto Larán y del pueblo chinchano.

Los alcaldes del distrito de Alto Larán fueron los primarios cómplices de la destrucción de los restos arqueológicos, y del “cercado” de dicho patrimonio culturales. Legado que nos dejó los Chinchas.

Al Ministerio de Cultura jamás les interesó defender el monumento arqueológico de nuestros antepasados, ubicados desde Portachuelo, hasta más allá de Conta. Da mucha pena cómo los yacimientos arqueológicos han desaparecido. Según algunos referentes, de los lugares indicados se habrían extraído varios millones de dólares en objetos de oro, plata, cerámicas, tejidos y obras de arte producto del saqueo y depredación de las reliquias históricas. La fabulosa cantidad de dinero habría permitido el enriquecimiento de una sola persona, que hoy es dueño de casi todo el Alto Larán, porque de otro modo no se sabe de dónde sacó mucha plata para convertirse en un potentado económico, según se dice.

En la década de 1960 había centenares de tumbas funerarias y construcciones en las orillas de los ríos Chico y San Juan hasta la jurisdicción del anexo de San Juan de Chincha. Ahora ya no existen.

Solamente vemos a guachimanes, totalmente armados con radios sofisticados cercando al “territorio”, que es una extensa zona arqueológica.

Los estudiantes en las décadas de 1960 y 1970 podían sin ingresar obstáculos a los restos arqueológicos de Portachuelo, La Calera y Conta. En 1961 y años posteriores fuimos testigos que la única carretera que pasaba hacia el interior de Chincha a distritos de la zona norte de Castrovirreyna, seguía por Portachuelo, la Calera y Conta, hoy solo dicha carretera va hasta el “imperio” Masías. Esta vía interregional era usada por los estudiantes del Colegio Pardo y del Industrial, y los sábados y domingos por los jóvenes chinchanos, que recorrían los monumentos arqueológicos, incluso pasaban por túnel de la acequia de regadío de la pampa de Ñoco, llegaban al mirador de Portachuelo, y recorrían por los antiguos caminos de los Chinchas, las tumbas funerarias, y observaban a la figura del cóndor que observada al valle Chincha, desde las alturas de la acequia Chincha, y al zoológico de piedras, que hoy no se puede ingresar porque Tallo Masía lo tiene “cerrado”, con dos guardianes armados, de trecho en trecho, cual una nación diferente.

Hemos dicho en nuestro comentario pasado, que ni siquiera los gobernadores de Chincha  Alta y Larán pudieron ingresar al terreno “militarizado” de Tallo Masías. Los guachimanes, posiblemente policías, de Tallo Masías lo amenazaron con disparar. De manera el público está prohíbo totalmente de ingresar a los pocos restos arqueológicos que se salvaron por estar sobre los cerros, pero cercados por todos lados, cuando los referidos centros de la arqueología chinchana deben estar libres.

¿Quiénes son los culpables de la desaparición de los restos arqueológicos de Portachuelo, La Calera y Conta? Son el Ministerio de Cultura y las autoridades de Chincha, sobre todo los alcaldes del distrito de Alto Larán. Éstos han permitido que Tallo Masías haga lo que quiera con los restos arqueológicos. El arsenal de reliquias arqueológicas desaparecieron, enterrando así gran parte de la historia de los Chinchas. Una verdadera fortuna arqueológica cuyo costo se elevaría a millones de soles Millones  fue hurtada vilmente, bajo el silencio cómplice de las autoridades.

La Gobernadora de Chincha debe convocar a una conferencia para ver la cruel realidad catastrófica de los monumentos arqueológicos, así como fue tan diligente con Tallo Masías, cuando se trató de ver el problema de agua. Esperamos que así sea para que se investigue y recuperar si quiera el Mirador de Portachuelo. ¿Qué poder tiene Tallo Masías para apoderarse y destruir los restos arqueológicos?

¿Y qué hace el Ministerio Público para actuar de oficio en defensa del patrimonio arqueológico de Chincha? Acaso es un convidado de piedra. El problema no es de la fiscalía, dirán los zarrapastrosos.

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La nueva carretera  hacia la sierra  y su asfaltado tenía que hacerse por Ley por la vía Alto Larán-Pedregal-Conta, pero este empresario inescrupuloso movió los hilos de influencia en el MTC para que se haga por La Culebrilla, que no es lo que la Ley autoriza. De esta manera su propiedad no tiene acceso público,  por razones oscuras que debe ser investigado.

 
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