El periodo de Williams ha tenido diversas denuncias, escandalosas, por la manera en que su administración gastó y pretendió seguir utilizando presupuesto público, y, además, por la inacción que tuvo ante las maniobras parlamentarias de las bancadas que movieron sus hilos para concretar sus contrarreformas.

Despilfarro parlamentario

Ahondando en los números, las cifras gastadas por el Parlamento son millonarias. En el mandato de Williams, el Congreso destinó S/63.796.188 en bonos y viajes al extranjero.

Ha sido público y cuestionado el famoso bono de 2 UIT (S/9.900) que entregó su gestión a los 3.300 trabajadores del Parlamento —tanto de Servicio Parlamentario y cargos de confianza—, el cual provocó gastos de hasta S/34 millones.

El dinero fue depositado a los empleados de esta institución previo al 1 de mayo, Día del Trabajador, en un contexto en que había una ola de denuncias contra congresistas de todas las bancadas por haber recortado el sueldo a los asesores de su despacho (ver cuadro).

Lentitud. Comisión de Ética aún no sanciona ningún caso de recorte de sueldo.

Pero no fue el único bono. Cuando su antecesora, María del Carmen Alva, de Acción Popular, presidió el Legislativo, el Sindicato de Trabajadores del Congreso (Sitracon) suscribió un acta con ella. Entre los acuerdos estuvo la entrega de una bonificación extraordinaria por cierre de pliego de 3 UIT (S/14.850) en enero del 2022 y del 2023.

La República contactó al secretario del Sitracon, Tulio Vizcarra, para corroborar dicha información. Este diario pudo conocer, en diálogo con Vizcarra, que el bono de 3 UIT fue depositado a los trabajadores del Servicio Parlamentario del Congreso.

Según la oficina de Transparencia del Congreso, esta institución tiene 1.935 trabajadores de Servicio Parlamentario. Esto significa que en total, en la bonificación de enero de este año, hubo un dispendio de S/28.734.750. Pero no son los únicos altos montos que se dieron.

El 12 de diciembre, la administración de Williams mejoró el refrigerio para los congresistas que asistieron al Pleno. Hasta febrero, esos buffets le costaron al Estado S/444.000. Quienes dieron la cara ante ese escándalo fueron el entonces oficial mayor, José Cevasco, y el director administrativo, Pablo Noriega.

El caso tuvo como desenlace una intervención de los fiscales anticorrupción Jimena Pizarro y Viviana Robles en las oficinas administrativas del Congreso, en el Hospicio Ruiz Dávila, centro de Lima, el 2 de marzo. Horas después de esa diligencia, Cevasco renunció a la Oficialía Mayor.

Debido a ello, las bancadas de izquierda presentaron una moción de censura contra Williams, pero fracasaron: solo 31 congresistas votaron a favor.

La derecha y el fujimorismo lo protegieron.

A este escándalo se suma el de los viajes al extranjero. Entre las gestiones de Alva y Williams, hasta febrero último, el Congreso había gastado S/1,3 millones en pasajes y viáticos de los parlamentarios que dejaron el país para participar en eventos.

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Para este 2023, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) había facilitado S/4.031.620 para solventar los viajes al extranjero de los congresistas. En lo que va de este año, la gestión de Williams ha ejecutado S/617.438.

De modo que sumando los bonos, los buffets, pasajes aéreos y viáticos para viajes fuera del país, el Congreso durante este periodo anual de sesiones despilfarró S/63.796.188.

Lujos. Alex Paredes (Bloque Magisterial), Ernesto Bustamante (FP), Wilson Soto (AP) y María Alva (AP) viajaron a Baréin en plena emergencia por el ciclón Yaku. Foto: difusión

Proyecciones de gastos

El 30 de marzo, además, el presidente del Congreso envió un oficio al ministro de Economía, Alex Contreras, solicitándole un crédito suplementario de S/70.465.938.

De ese monto S/10.582.238 iba a ser destinado para incrementar la planilla y contratar trabajadores para 11 nuevas comisiones investigadoras y S/9.294.669 para 4 proyectos de inversión pública: la construcción de un edificio legislativo por S/3.235.000, un depósito administrativo por S/ 2.070.555, un nuevo local de servicio médico por S/2.159.909 y la construcción de una nueva biblioteca por S/1.829.205. Los proyectos recibieron la venia de esta MDC.

Entre el incremento de planilla y los proyectos de inversión, el Congreso pretendió gastar S/19.876.907. Pero el Gobierno de Dina Boluarte solo les facilitó al día siguiente S/48 millones.

Blindajes y lentitud

Otro aspecto a destacar en este periodo anual de sesiones son las denuncias que no prosperaron. Hasta el momento, aparte de los 9 congresistas acusados por recortes de sueldo, hay otros que también se salvaron de ser sancionados en la Comisión de Ética y la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales.

El periodo de la acciopopulista Karol Paredes como presidenta de Ética y el de Lady Camones en la Subcomisión también vence este viernes. Está en manos de las bancadas definir quiénes las reemplazarán o si continuarán al mando.

También queda pendiente de resolverse el caso de la congresista de Podemos Perú, Digna Calle, quien pidió licencia sin goce de haber el 20 de enero a la MDC de Williams. En estos meses, esta instancia del Congreso pasó por alto que Calle legislara desde Estados Unidos vía remota y no cumpla con sus semanas de representación.

Recién cuando la denuncia se hizo pública, Williams se pronunció y derivó el caso a la Comisión de Ética. Calle, hasta el momento, sigue legislando desde otro país. Este diario le ha pedido sus descargos, pero desde su despacho —donde sus trabajadores sí asisten de manera presencial— han respondido que no brindará declaraciones. Calle evita rendir cuentas.

Maniobras para los votos

La Mesa Directiva también mantuvo encarpetado, durante casi un año, el pedido de reconsideración del fujimorista Víctor Flores para volver a discutir la bicameralidad y la reelección congresal.

Se trató de un cálculo político para permitirle al fujimorismo conseguir 87 votos, aprobar esta trastocada reforma y evitar que sea sometida a referéndum. Incluso el 8 de junio, cuando se deliberó esta propuesta de ley en el Pleno, Williams también votó a favor de la bicameralidad.

Pero no alcanzaron los 2 tercios. Fracasaron.

La gestión de Williams permitió, además, que el fujimorista “Nano” Guerra García plantee otro pedido de reconsideración luego que la bicameralidad solo obtuvo 86 votos. E incluso para interrumpir el debate hasta asegurar los 2 tercios, Guerra García planteó un cuarto intermedio. Así salvaron el dictamen.

Fuentes del Congreso informaron que la bicameralidad será discutida en la próxima legislatura. Existe la posibilidad de que el tema quede encarpetado. Keiko Fujimori, lideresa de Fuerza Popular, consideró que esta reforma no debe ser aprobada. Y su bancada no la va a contradecir.

Estas dilaciones ocurrieron mientras Williams estuvo al mando de la Mesa Directiva.

El próximo mes las bancadas elegirán su reemplazo. Asoman como alternativas, Luis Aragón, de Acción Popular, y Gladys Echaíz, de Renovación Popular, quien, recordemos, fue la que denunció a la hoy inhabilitada fiscal Zoraida Ávalos.

Articulo publicado inicialmente en La Republica.